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Paz y Ciencia

martes, 16 de noviembre de 2010

Terapia Icónica, una propuesta a elaborar

"TERAPIA ICÓNICA PARA LA ESTABILIZACIÓN EMOCIONAL"

(ICO-ESTEMO)

UNA ALTERNATIVA PARA LOS PROBLEMAS IMPULSIVOS



(Creada por Dª Soledad Santiago López - Psicóloga)

(Facultad de Psicología - Universidad de Málaga)

La estabilidad emocional es una característica de personalidad que no tiene techo, es decir, cualquier persona puede mejorar su nivel de estabilidad. Por tanto, esta terapia puede ser aplicada a modo de cursillo para aumentar la estabilidad de cualquier persona, pero en su origen estuvo pensada para ayudar a aquellas personas cuya inestabilidad se sitúa en unos niveles patológicos (trastorno límite de personalidad). El aspecto básico a resaltar de esta terapia es la utilización de la imagen (iconos), ya que es con la ayuda de la imagen como el participante asimila los conceptos con mayor facilidad. Además, una vez finalizado el tratamiento, la evocación en imágenespuede ser mucho más rápida que la repetición de razonamientos y realizadas a lo largo de una sesión terapéutica.



En esta terapia se pretende mejorar la tolerancia a la frustración y la respuesta adaptativa ante la misma. Así mediante el recuerdo visual de los iconos, el paciente evoca una serie de pautas de actuación para responder ante la frustración en cuestión de segundos, y es precisamente esta rapidez de evocación lo que a su vez le ayuda a anticiparse al impulso. Un avance de esta terapia se encuentra publicada en la revista "Clínica y Salud" 2001 vol. 12 nº 3 pag. 367-390.





La "Terapia Icónica para la Estabilización Emocional" se aplica en grupo y se caracteriza por ser una terapia integrativa y de iconos; integrativa, porque recoge y ordena una serie de técnicas cognitivas y conductuales en un modelo terapéutico que facilita la aplicación estructurada de dicha terapia, y de iconos, porque utiliza una serie de imágenes que permiten al participante una representación mental-espacial de los conceptos trabajados a lo largo de las sesiones terapéuticas (reflexiones y pautas de actuación para el afrontamiento). Esta modalidad de iconos facilita la comprensión, y retención y evocación para su aplicación.



El modelo integrado en el que se fundamenta esta terapia y que se verá más adelante, incluye un modelo explicativo (cuadro 1), donde se representan las conductas inadecuadas que con más frecuencia suelen presentar las personas con inestabilidad y/o impulsividad, y un modelo terapéutico (cuadro 2), donde se recoge la secuencia de técnicas y/o pautas de actuación que permiten al participante una conducta adaptativa y estabilizada







Cuadro 1) Modelo explicativo. Las conductas habituales inestables que surgen como respuesta a la frustración son; autoagresión, heteroagresión o escape. Cualquiera de estas conductas le llevará, a modo de círculo vicioso, a la creación de nuevos problemas, nuevas frustraciones.



El apartado B representa las conductas compensatorias (manipulación, expectativa eufórica poco realista) que el sujeto realiza en un intento de evitar el circulo vicioso anteriormente mencionado.



El apartado "A" representa aspectos de personalidad que le hacen vulnerable y potencian este tipo de respuesta ante la frustración.



Este modelo es elaborado delante de los participantes para favorecer el insight. Para esta elaboración el terapeuta realiza preguntas cuyas respuestas son la base del modelo.







Cuadro 2) Modelo terapéutico. El terapeuta debe guiar a la persona inestable en el autocontrol y manejo de conductas adecuadas enseñando técnicas y estrategias (resolución de problemas, competencia social, etc.) que le ayuden al cambio y permitan al sujeto establecer un circuito de funcionamiento sano.



Algunas de las técnicas y/o terapias que integran este modelo y que el participante debe aprender son: distanciamiento emocional y mejora de la objetividad sobre el problema, (Wasik, 1984; Calkins, y col.,1999; Meichenbaum, 1987;



McKay, y col., 1985) competencia social (Goldstein, y col., 1989), resolución de problemas (D´Zurilla y Golfried, 1971), esquemas cognitivos, o valores que permiten a la persona reorganizar el andamiaje semántico sobre su vida , (Beck y Freeman, 1995), aprendizaje de errores, etc. Todas ellas son estrategias a seguir por el participante para resolver determinados estados emocionales en función del tipo de dificultad y/o frustración que haya suscitado la aparición de la conducta inadecuada. Es decir, se le facilita la sustitución de dichas conductas por otro tipo de reacciones que sean moderadas (en lugar de dicotómicas) y adecuadas al contexto, y por tanto, sin las consecuencias negativas de sus conductas habituales.



Así, el modelo integrado facilita el proceso de cambio de conducta mediante flechas que guían al participante hacia las técnicas concretas que se deben usar para cambiar esas conductas por otras alternativas (ver cuadro 3). Por tanto, el propio modelo explicativo integrado, que normalmente tiene la función de facilitar el trabajo al terapeuta, también se convierte en un icono en el cual se ve auto-representado el propio afectado, que siguiendo las flechas del modelo encuentra alternativas para salir de su crisis. Para afianzar este proceso, la terapia dispone de veintisiete iconos más que complementan y enfatizan cada uno de los apartados del modelo.



Por otra parte, las estrategias que utiliza el terapeuta para la aplicación de esta terapia están fundamentadas en: Terapia cognitiva (Beck,1976), Algunos aspectos de la terapia dialéctica (Linehan,1993), Fomento de la autoeficacia (Bandura, 1977), sensación de controlabilidad (Meichenbaum, 1987; Mahoney y Thorensen, 1974; Mahoney, 1987).







Cuadro 3) Modelo explicativo integrado. Este modelo integra al modelo explicativo de la conducta inadecuada y al modelo terapéutico de la conducta adecuada. Además, añade un nexo de unión entre ambos a través del cual el participante debe buscar la "frase llave". Así, la canalización que une ambos modelos y las flechas de los mismos indican al participante la secuencia de conductas de afrontamiento que debe utilizar. Ejemplo: salir cuanto antes de estos 3 "pozos" (autoagresión, heteroagresión y/o escape) y mirar el mapa gráfico del modelo para seguir la secuencia: "frase llave",conducta de "enfriamiento" (relajación física y cognitiva, distanciamiento de los problemas para la búsqueda de alternativas) y estrategias de afrontamiento. Esta secuencia representada espacialmente en el modelo, desemboca en algún tipo de solución. Con esto se pretende que el participante pueda percibir la situación de frustración, no como absoluta y desesperanzadora, sino como circunstancia temporal modificable.



Evidentemente el paciente necesita también sesiones individuales complementarias para afianzar y personalizar los principios adquiridos en grupo, Además, en el Centro San Juan de Dios, se aplica en paralelo con otras terapias como: terapia relacional sistémica, farmacológica, y vivencial.



Cuando hablamos de terapia vivencial nos estamos refiriendo al contacto y relación que el paciente establece durante su ingreso con sus compañeros y con el personal del centro, quienes le ayudan a establecer una interacción personal basada en la comunicación de emociones y la búsqueda de acuerdos en lugar de respuestas inadecuadas para demostrar lo mal que se pueda sentir.



Entendemos que todas estas vivencias y terapias utilizadas al unísono , mejoran la "resiliencia" del sujeto, fomentando su capacidad de recuperación y adaptación ante un evento estresante o de frustración.



Hasta el momento se ha observado una clara mejoría clínica que habíamos medido de forma cualitativa. Durante el año 2001 se diseñan una serie de instrumentos (cuestionarios, entrevistas estructuradas, etc.) que nos han permitido profundizar en la investigación. Actualmente, nos encontramos en el proceso de validación de dichos instrumentos y en la medición más exhaustiva y cuantitativa de los resultados obtenidos.

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